Fumandome las ideas. Parte II

¿Y si al doblar la esquina me encuentro una pantera en ese jardín, que me mira con los ojos muy abiertos, y me quiere devorar?

¿Qué hacer?

¿Corro?
¿Me paro como un conejillo asustado?
¿Le miro a los ojos?

¿...?

Fumandome la vida. Parte I

Al llegar las 00:00...

Se desdibujó un brumoso Lunes para que me lloviera este Martes frío y gris.

Sinceramente, no sé cómo hay gente que aguanta viva... o sin matar a nadie. Porque yo no sé si lo hago... porque... ¿qué me impide no tirarme delante de ese tren que llega, con sus lucecitas amarillentas, su ruido afilado y su brisa caliente y sucia, que me pega en la cara como si encima tuviera la culpa de madrugar? Nada. Sólo la idea de que estoy loca y cómo puedo pensar eso... todos los putos días.

"Hasta la polla es poco"; es la frase que más he repetido hoy. Que ya no sé si llorar, si reirme y romperme toda, o si simplemente poner cara de indiferente y seguir y seguir y seguir y seguir, hasta que me salga un callo en el corazón; y así, por lo menos, tendrá la utilidad de servir de piedra para romper un crital y armar ruido, o abrirle el cráneo a alguien, o atarmelo a un pie y tirarme al río... ah no, que no hay agua.


Pero venga, que llegue mañana. A ver si hay pelotas a hacerme tirar la toalla o antes os quemo este jodido mundo.

Los pendientes perdidos

Creo que Dios existe
sólo como un farsante
que a cambio de mis descuidos me da momento que recordar
Que en mi memoria se graban a fuego
junto con todo lo que no me dices
Mi corazón te dibuja entre los momentos felices

Cuando lo fácil no existe
y me quedo ciega de pena
salto de mi cabeza a fuera, de mi alma a la terraza, de tus manos al cielo

Todo ... por estar una noche más a tu lado

Empiezo a echar de menos lo que no debería
y a echar de más cosas que, si pierdo, echaré mucho de menos
...

Pertenezco a la generación de los niños perdidos. Aquellos que crecieron y espabilaron demasiado deprisa, y ahora temen crecer, y que la vida sea igual de mierda que como se imaginaban con apenas trece años. Pertenezco a esa generación dolida por ver a sus mayores embebidos en las drogas. A esa generación a la que no le hacía falta emborracharse para hacer locuras.
A esa cantidad de tarados que aun con veinte abriles siguen comportándose como niñatos; porque en algún punto del camino dejaron de ver la luz, mandaron a la mierda la responsabilidad que nadie quería tener ¿y por qué les tocaba a ellos ser responsables, ser el futuro, ser los siguientes?
No se trataba de beber para desinhibirse, de divertirse. No hacía falta. La locura fluía por mis venas como si mi madre se hubiera drogado día sí día también hasta el día de mi parto…
¿Por qué era yo la que tenía que ser cabal? Somos la generación de los niños buenos e inteligentes a los que se nos trató como escoria por culpa de las generaciones de yonkis anteriores.
Y a partir de ahí, todo nos dio igual. Y vengan a nosotros la fiesta, el sexo y el caos. Y disfrutemos de un futuro negro mientras podamos. Y que le jodan a todo, a la ética y la moral. Autodestrucción, y lo sabemos. Y nos importa. Y por eso lo hacemos.

INSOMNIO. ICTERICIA. MASTURBACIÓN.
DOLORES DE CABEZA, DE HÍGADO Y DE CORAZÓN.

MI NOCHE NO ACABA
MI DÍA NO LLEGA
MI VIDA SE PASA
Y LA TUYA ME INQUIETA

YONKI DE TUS DUROS BESOS
DE TU SALIVA
DE TU FLUJO QUE ME QUEMA EL VIENTRE
Y LA GARGANTA AL BEBER DE TI
DE TU BRILLO QUE ME NUBLA LAS IDEAS
QUE A TU LADO HASTA LAS CHICAS FEAS SON DIOSAS

EN LAS NOCHES QUE TU LAS COGES,
SU RIMEL, SUS TACONES,
SUS CINTURITAS DE AVISPA
Y SUS AGUIJONES
EN LOS OJOS
EN LAS RISAS
EN LA INSEGURIDAD; TODO CAE EN TUS BRAZOS

Y EN ELLOS ME MEZO
HASTA QUE LA NOCHE SE HACE DÍA ANTE MIS OJOS
QUE YA NO VEN MÁS QUE LAS LUCES QUE TÚ ME DEJAS VER
QUE YA NO BAILO MÁS QUE AL RITMO DE TU CORAZÓN

QUE TUS LABIOS YA NO SABEN A NADA
Y YA NO CIERRO LOS OJOS CUANDO TE BESO
PERO DESEO BESAR TU ARDIENTE BOCA MÁS Y MÁS Y MÁS…

CAIGO EN TUS BRAZOS CADA VEZ MÁS A MENUDO
Y TE ODIO COMO AL GRAN AMOR DE MI VIDA
Y ME DECEPCIONAS COMO TODOS LOS HOMBRES

Y AHORA CÁLLATE Y HAZME VOLAR
Y OLVIDAR
COMO CADA NOCHE QUE NOS ENCONTRAMOS